La célebre frase de «Gana la banca» nunca fue tan cierta y descarada.
Y es que en estos tiempos de crisis, donde las empresas se aprietan el cinturón y quien más o quien menos pierde dinero, la banca sigue recogiendo beneficios. Ya sea por las ayudas estatales, por despidos o por clásulas abusivas en las hipotecas, el caso es que ella nunca pierde.
Lo último en el ranking de la caradura es la llamada «claúsula suelo«. Una condición (de las muchas que hay y que no te tomas en serio porque sino no firmarías jamás) que tienen las hipotecas que limita el efecto de una caída del Euribor por debajo de un valor que considere improductivo. Es decir, por mucho que baje el tipo de interés, la entidad finaciera y explotadora te seguirá cobrando un mínimo de letra mensual que ha establecido para no dejar de ganar dinero.
Lo curioso es que cuando el Euribor subía, no existía una «claúsula techo». En ese caso, no hay límite de ganancias. Menudo morro.
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