El día 1 de julio tal y como nos habían amenazado anunciado, el Gobierno ha subido el IVA: +1% para el reducido y +2% el normal. Es decir, nos tendremos que olvidar del 16% de IVA, puesto ahora nos «clavarán» un 18% de impuesto, que ya está bien… Será que pagamos pocos impuestos. Basta recordar por ejemplo el IRPF de cada mes o los indirectos de cada día como en las gasolinas, donde más del 60% del precio son impuestos.
La desagradable sorpresa es que justamente el día 1, para qué esperar más, a todos nos han venido la factura del teléfono, del gas, agua, luz… correspondientes al consumo de abril, mayo o junio con el 18% aplicado.
Anda que han tenido el detalle de cobrarlas antes de la subida. Qué cara más dura. Lo peor de todo es que esta práctica es totalmente legal aunque parezca poco ética y «elegante».
Claro que pensandolo fríamente, la empresa realmente no saca beneficios directos con ésto, salvo tener un dinero extra durante un tiempo y lo que pueda ganar con él. En el tema del IVA, la empresa sólo hace de recaudadora de impuestos. La empresa se lo cobra al cliente pero luego tiene que dárselo a la Agencia Tributaria.
La jugada es maestra. La empresa se lleva la mala imagen y las broncas y no saca nada a cambio. El dinero se lo llevan otros.
Entonces, como en los juicios, para conocer al «culpable» sólo hace falta saber quién sale beneficiado de esta situación. Pues está claro, las arcas del Estado. Es decir, el Gobierno ha sido quien ha dado la «orden» a las empresas para hacer esta operación «secreta» para recaudar un pico más de dinero extra, mientras se nos quedaba cara de tonto a todos. Menudo morro. Y sin avisar, ¡oiga! Desde luego, ha sido con nocturnidad y alevosía.
Sólo nos queda, de momento, como estamos haciendo el derecho al pataleo. Pero señores (y señorías), no olvidamos…
Etiquetas: economia, gobierno, hacienda, impuestos, IVA, subida, zapatero
enero 15th, 2012 at 10:54 pm
Muy lindo tu blog, Felicitaciones